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¿Qué son los microinversores y cómo funcionan?

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En anteriores ocasiones hemos hablado en nuestro blog sobre aspectos relativos a las instalaciones solares. Sin ir más lejos, hace unas semanas te ofrecimos una completa guía sobre autoconsumo fotovoltaico. Mientras que en los últimos días hemos hablado sobre la producción de energía fotovoltaica optimizada por inversores.

Sobre esto último, los microinversores, nos hemos dado cuenta de que muchos usuarios no conocen exactamente qué son, cómo funcionan y, sobre todo, para qué sirven. Pero… ¿Y si te dijéramos que con estos aparatos es posible amortizar de manera más rápida tu instalación de paneles solares? Lo sabemos, es algo que suena bastante bien. Y precisamente por ello hoy vamos a contarte qué son exactamente los microinversores y cómo funcionan.

Inversor solar: qué es

Lo primero que vamos a hacer es explicar qué es un inversor solar. Debes tener en cuenta que los paneles solares aprovechan la energía del sol para producir corriente continua. Sin embargo, esta no se puede utilizar en las casas ni inyectar a la red eléctrica. Para poder utilizarla necesitaremos un inversor, que es el encargado de transformar la corriente continua en corriente alterna, que sí que es adecuada para el uso en el hogar.

Pero no solo eso, los inversores también permiten optimizar la energía producida por cada panel, aumentando así la rentabilidad de estos. En cuanto a la durabilidad de estos aparatos, mientras que un panel solar puede ofrecer un rendimiento pleno durante 25 o 30 años, el inversor cuenta con una vida útil de unos 10 años de media.

Cómo funciona un inversor solar

Ahora que sabes qué es un inversor solar, llega el momento de explicar cómo funciona. Como hemos comentado antes, los hogares utilizan corriente alterna, lo que provoca que la energía producida por las placas solares no puede utilizarse directamente. Cuando los paneles reciben radiación solar se produce corriente continua y los circuitos de las celdas la envían al inversor para que este se encargue de transformarla.

De este modo, el inversor se encarga de hacer que la corriente continua se convierta en corriente alterna y sea así apta para su consumo en el hogar. Durante el proceso de transformación es bastante frecuente que el inversor haga algo de ruido, así que es aconsejable colocarlo en un lugar en el que no moleste demasiado. Además, tampoco se recomienda instalarlo de manera que quede expuesto directamente al sol, ya que la temperatura afecta a su rendimiento.

Funciones de los inversores solares

Si has llegado hasta aquí te habrás podido dar cuenda de que la principal función de un inversor no es otra que la de transformar corriente continua en alterna para que esta sea apta para su consumo. Sin embargo, esa no es la única función que cumple. Un inversor solar es capaz de hacer lo siguiente:

  • Estabilizar las ondas eléctricas, lo que evita dañar los equipos eléctricos del hogar.
  • Optimizar la producción de energía generada, maximizando el rendimiento de la instalación.
  • Proteger el sistema ante fallos y cortocircuitos.
  • Monitorizar la energía producida, el funcionamiento de la instalación e informar de posibles errores.

¿Qué tipos de inversores fotovoltaicos existen?

Al igual que no todas las instalaciones solares son iguales, ocurre exactamente lo mismo con los inversores. Hay muchos tipos diferentes y cada uno de ellos cuenta con unas características propias adaptadas a diferentes tipos de instalaciones y hábitos de consumo.

Para hacer todo más comprensible, vamos a dividirlo todo en dos grandes tipos de inversores:

  • Inversores conectados a la red eléctrica: destacan los inversores string, los microinversores y los optimizadores de potencia.
  • Inversores para instalaciones aisladas: aquí encontramos los inversores aislados, el inversor cargador y el inversor híbrido.

Inversores solares conectados a la red eléctrica

Estos inversores requieren de una conexión permanente con la red eléctrica. Son capaces de ajustar la frecuencia y longitud de la onda producida, de manera que esta se adapte a las características de la red. Aquí podemos destacar tres grandes tipos de inversores:

  • String: también conocidos como inversores tipo cadena, son los más económicos y comunes en las instalaciones solares. Se conecta en serie, lo que implica que es necesario un inversor por cada línea de placas solares. Es común en instalaciones en las que todos los paneles tienen un rendimiento similar. Una de sus pegas es que si en el futuro se quieren instalar más placas será necesario sustituir el inversor.
  • Microinversores: estos aparatos son más constosos que los string y su uso es menos común. Sin embargo, ofrecen muchas ventajas. Su tamaño es menor y las prestaciones que ofrecen son mejores. Además, su instalación es sencilla y permite ampliar fácilmente el número de paneles instalados en el futuro. Se conecta un microinversor por cada panel y así se consigue eliminar el impacto negativo de las sombras, además de monitorizar el rendimiento de cada panel de forma individual.
  • Optimizadores de potencia: estos aparatos aúnan características de los inversores tipo cadena y de los microinversores. Esto hace que sea la opción más eficiente de todas, aunque también la más costosa.

Inversores para instalaciones aisladas

Por otra parte están los inversores para instalaciones aisladas, que son las que no cuentan con una conexión con la red eléctrica. Es decir, las placas solares son la única fuente de energía del inmueble, lo que hace necesario disponer de baterías para poder almacenar energía. Aquí encontramos también tres grandes tipos de inversores:

  • Aislados: estos inversores permiten elevar la potencia de las baterías a la que se utiliza habitualmente en una vivienda. De este modo, si la tensión de las baterías es muy baja los inversores cortarían el consumo para evitar una sobrecarga.
  • Cargador: estos inversores tienen la particularidad de incorporar un sistema de carga que puede alimentar las baterías en los días de poco sol o demasiada demanda energética. Ese cargador permite que la instalación sea más eficiente y ayuda a contar siempre con energía y cuidar la salud de las baterías.
  • Híbrido: estos inversores cumplen la misma función que la de un inversor estándar. La diferencia reside en que pueden utilizarse tanto para instalaciones conectadas a la red eléctrica como en las aisladas.

¿Qué inversor es más adecuado para tu vivienda?

Una vez presentados todos los tipos de inversores solares que existen, lo más normal es que te hagas la siguiente pregunta: ¿cuál de todos debería instalar en mi vivienda? Lo cierto es que no hay una respuesta estándar para todos los casos, sino que todo depende de las necesidades que necesites cubrir y las características de la instalación. Lo mejor es que te dejes asesorar por un experto para conocer de primera mano lo que necesitas.

Sin embargo, si quieres hacerlo por tu cuenta primero deberías comprobar los siguientes aspectos:

  • El consumo energético de la vivienda.
  • Si esta está conectada o no a la red eléctrica.
  • Conocer el rendimiento de los paneles solares.
  • Tener en cuenta si se van a utilizar baterías.
  • Conocer si en un futuro querrás montar más paneles o no.
  • La eficiencia del inversor.
  • La inversión que puedes realizar en la instalación solar.

Una vez conozcas todos estos aspectos podrás determinar qué tipo de inversor puede resultar mejor para tu caso concreto. Pero lo cierto es que, como hemos dicho anteriormente, lo mejor es que te dejes asesorar por un profesional especializado antes de tomar una decisión.

El precio de los inversores solares

La última pregunta clave sobre los inversores solares siempre suele ser la misma: ¿cuánto cuestan? Como has podido comprobar si has leído todo lo anterior, existen muchos tipos de inversores diferentes. Y esto, a su vez, implica que los precios pueden variar mucho de unos a otros. Por ejemplo, los inversores cargadores pueden llegar a tener un precio de más de 3.500 euros, mientras que los microinversores tienen precios de entre 200 y 500 euros la unidad. Si hablamos de inversores en cadena, el precio oscila entre los 100 y 1.500 euros. Mientras que si nos centramos en los híbridos, su coste puede alcanzar los 3.000 euros si es de gran potencia.

Otro aspecto a tener en cuenta aquí está relacionado con la marca, ya que no todas cuentan con la misma calidad y prestigio. Y esto, a la vez, también tienen un impacto directo sobre el precio a pagar por cada uno de los inversores. En este sentido, nuestra recomendación pasa siempre por instalar inversores de calidad y con un rendimiento contrastado. Esto es algo fácil de conseguir si recurrimos a marcas como Huawei, ABB, Apsystems, Fronuis o Enphase, entre muchas otras.

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